Escuchando una vieja canción te recuerdo
como el amor de ayer, como el pasado feliz de mi vida
y me atormenta la idea de que hoy esté muerto
sin saber porque mi fantasma no tiene cabida.
Te recuerdo porque acepto que te extraño
porque todavía una centella trasciende por mi espíritu,
pues cuento con tus labios y tus besos de antaño,
porque estoy inerme contra lo que un día fue mío.
Te recuerdo y te extraño; extraña casualidad
aun como el ave imperial que hirió de un vuelo mi cielo
como el paso del viento en los Montes Carmelo,
como más que este mundo, como hoy estoy muerto.
Te recuerdo porque siento todavía tu boca
y con languidez extraña se esparce por todo mi cuerpo;
te siento mía, mía como las losas…
¿Cómo me siento yo en estos instantes?
¿Cómo recuerda un hombre que está muerto?
